La Mesa d’Entitats Socials de Vilanova i la Geltrú, de la que Grup ATRA forma parte, constata el aumento de situaciones de vulnerabilidad de algunos colectivos de la población.
La situación de alarma sanitaria y confinamiento por la crisis de la Covid-19 ha provocado un fuerte impacto social. Aparecen nuevas bolsas de pobreza a causa de la parada económica, se intensifican las situaciones de riesgo y vulnerabilidad social, y varios colectivos, como las personas mayores solas, las personas dependientes o las que tienen movilidad reducida, problemas de salud mental o víctimas de maltrato, ven todavía más limitada su autonomía. Las 12 entidades que integran la Mesa de Entidades Sociales de Vilanova i la Geltrú, junto al Ayuntamiento de la ciudad, trabajan intensamente para hacer frente y contener esta situación, con la dificultad añadida del confinamiento y la necesidad de intensificar las medidas de protección sanitaria que exige la pandemia.
Incremento de la demanda para garantizar las necesidades básicas de la población
Las entidades sociales de la Mesa, con estructuras y servicios diversos, coinciden en destacar el incremento de personas que necesitan apoyo para cubrir la primera de las necesidades básicas, la alimentación. En la garantía de acceso a la alimentación, los responsables de la Regidoria d’Acció Social y las entidades Cáritas y Cruz Roja han detectado un aumento notable de la demanda. En el espacio del Economat, Cáritas y Acción Social registran un incremento de 221 nuevas familias que requieren alimentos. En la actualidad se están atendiendo 678 familias cada 15 días, cifra que supera la capacidad máxima del servicio. El Economat, además, ha tenido que variar su modelo de funcionamiento. Hasta ahora la distribución se hacía bajo la modalidad de supermercado. Ahora se libran lotes cerrados para evitar que las personas usuarias pasen demasiado tiempo al local y minimizar así el riesgo de contagios. Se mantiene la distribución de alimentos frescos (sobre todo verduras y hortalizas provenientes del Huerto Humano), y también de congelados y productos lácticos. Además, se ha reforzado la presencia de productos de higiene, más necesarios que nunca. El perfil de las personas voluntarias también ha cambiado. La gente mayor se ha tenido que quedar en casa y ha sido sustituida por jóvenes de varias entidades de la ciudad.
Cruz Roja participa también en la cobertura alimentaria repartiendo alimentos tres días a la semana, en aquellos casos urgentes que no pueden ser cubiertos por el Economato. Se están atendiendo 404 unidades familiares, y la demanda se incrementa semana a semana exponencialmente. La entidad ha tenido que suspender las actividades presenciales que organizaba y se centra ahora en la ayuda directa. También ha colaborado en el reparto de mascarillas y equipos de protección.
En total, el número de familias que reciben apoyo en la alimentación actualmente es de 1.082 hogares, que suponen unas 3.271 personas. Es un 4,87% de la población de Vilanova i la Geltrú. Antes del inicio del confinamiento este porcentaje era del 1,96%. La situación ha provocado que tanto Cáritas como Cruz Roja y el Ayuntamiento gestionen la compra de alimentos de manera unificada para obtener mejores precios y, siempre que es posible, directamente a los productores, sin intermediarios. Las perspectivas no son optimistas. La demanda podría ir a más en las próximas semanas y meses.
Desde Cáritas también se han entregado lotes especiales para niños y niñas que hasta ahora eran usuarios de becas comedor y que, al cerrar las escuelas, ya no disponen de este recurso. Este servicio se ha llevado a cabo hasta la llegada de las tarjetas monedero de la Generalitat. En concreto, se han distribuido, a través del Consell Comarcal del Garraf y el Ayuntamiento, 1.290 tarjetas monedero para niños y niñas en Vilanova i la Geltrú. Las numerosas incidencias a la hora de localizar los domicilios han obligado a destinar a esta tarea cuatro agentes cívicos.
Los servicios de comedor social de la Plataforma Multiserveis (que gestiona el organismo municipal AISSA, Assistència Integral Social i Sanitària), y también el Espai Sopem y el Cafè Caliu de la Associació Alè, han tenido que cerrar puertas, pero se han reconvertido para no dejar sin servicio a las personas que atienden. Las comidas de La Plataforma son ahora a domicilio, mientras que el Espai Sopem, ubicado en el centro cívico de la Geltrú, reparte las cenas en la puerta del equipamiento, también con fiambrera. Por su parte, la Associació Alè intensificó el reparto de productos para desayunar antes de tener que cerrar y colabora en las necesidades de ropa para personas sin techo.
La respuesta a las personas sin hogar y la exclusión residencial de los colectivos más vulnerables
Los servicios de atención a las personas sin hogar de la ciudad se intensifican. El Ayuntamiento ofrece este servicio a través de Grup ATRA, y otras entidades como Cáritas y la Fundació Sant Antoni Abat también disponen de recursos residenciales para hacer frente. El polideportivo Casernes se habilitó como espacio de confinamiento para personas sin hogar, que accedían de manera voluntaria. Este dispositivo de emergencia se gestionó conjuntamente por Acció Social y el Grup ATRA. Este recurso también disponía de servicio de duchas, que se havía dejado de prestar a La Plataforma por prevención. Se atendieron alrededor de unas 10 personas. La intervención en la calle, por otro lado, se centra en la prevención sanitaria y la cobertura de necesidades de alimentación e higiene.
La Fundació Sant Antoni Abat ha abierto de manera urgente un segundo piso para personas en riesgo de exclusión social. Las cuatro plazas de este nuevo recurso, que se suman a las seis que ya ofrecía la entidad hasta ahora en otra vivienda, se han cubierto rápidamente con personas sin techo derivadas por Acción Social, bajo la coordinación de Grup ATRA. Igualmente, Cáritas mantiene la vivienda para personas en riesgo de exclusión, mayoritariamente jóvenes extranjeros no acompañados, que en Vilanova dispone de cinco plazas.
Grup ATRA detecta que, fruto de la situación actual, han aumentado la angustia y las conductas conflictivas de las personas sin techo, especialmente a causa de la bajada de ingresos de actividades como la recogida de chatarra o la limosna, que pone en peligro su modus vivendi. Tanto esta entidad como la asociación Salud Mental Garraf / Afamgg observan también un incremento de las recaídas en cuanto a afecciones de salud mental y adicciones, y un empeoramiento del autocuidado personal. Al mismo tiempo, también se percibe que buscan más ayuda mutua y profesional al escasear los recursos.
Los servicios para mujeres víctimas de violencia machista se han tenido que adaptar, por otro lado, a la situación de confinamiento. Es el caso del piso municipal de emergencia para mujeres en situación de riesgo grave y que están a la espera de una casa de acogida o una solución más duradera, que gestiona el Grup ATRA, y de otro hogar de apoyo de la misma entidad para mujeres con diagnóstico de trastorno mental que viven situaciones de violencia machista. Durante el periodo de confinamiento se han tenido que realizar varios ingresos a estos servicios, que no han parado su actividad en ningún momento. Para minimizar los efectos de tener que pasar muchas horas compartidas y sin espacios de soledad a causa del cierre, se han llevado a cabo actividades individuales y grupales, relacionadas con el deporte, la creatividad a través de la arteterapia, espacios terapéuticos, se ha trabajado el placer culinario, la atención personal y se han mantenido las citas educativas y psicoterapéuticas internas en el centro, y las externas vía online. De este modo, la entidad ha facilitado todos los medios creativos y audiovisuales para prevenir estados de apatía y fomentar las capacidades propias de cada unidad familiar. En este servicio residencial de apoyo se han mantenido los ingresos con el fin de no generar situaciones de vulnerabilidad y exclusión en las mujeres y sus hijos e hijas. Según datos oficiales, en este periodo de confinamiento se han incrementado los episodios de violencias y de riesgo hacia las mujeres.
En el caso del piso municipal de emergencia para mujeres en situación de riesgo grave gestionado por Grup ATRA, estas mujeres están a la espera de una casa de acogida o una solución más duradera. Por eso se ha mantenido la atención biopsicosocial de las mujeres, se han llevado a cabo actividades de medidas de prevención, de cuidado personal y de convivencia.
Las dificultades económicas también golpean a las empresas de inserción
La parada económica también afecta las empresas de inserción de personas en riesgo de exclusión social y la posibilidad de actuación por parte de las entidades que trabajan en este campo. La Fundació Formació i Treball del Garraf ha visto como una de sus principales actividades económicas, el servicio de lavandería, que trabaja sobre todo para hoteles y restaurantes, se ha frenado en seco. Así, han tenido que buscar nuevos trabajos, como por ejemplo el servicio de lavandería del centro de atención para personas vulnerables en el polideportivo de la Estación del Norte de Barcelona. Han cerrado la tienda Roba Amiga de la rambla Samà, como todo el comercio de la ciudad. Mantienen el otro servicio de lavandería que tienen a Vilanova, el de La Plataforma Multiserveis de AISSA, que funciona a pleno rendimiento; el servicio de recogida de residuos (embalajes y cartones), a pesar de que con menor actividad; y la limpieza forestal, considerada servicio esencial.
La Fundació mantiene contacto telefónico diario con los trabajadores, para mostrarles su apoyo. El colectivo de personas en riesgo de exclusión pasa el confinamiento en condiciones difíciles, muchas veces en viviendas con pocas salidas al exterior, cosa que hace necesario este apoyo. Desde la Fundació Formació y Treball son conscientes que es difícil que la situación económica remonte en un plazo breve de tiempo, y afirmen que buscarán la mejor fórmula para garantizar el bienestar de sus trabajadores.
En el aspecto positivo, Formación y Trabajo ha conseguido durante esta etapa la inserción profesional de una docena de personas en riesgo de exclusión en sectores como auxiliar de geriatría, logístico o distribución. Puntualmente, la entidad también ha repartido alimentos entre sus usuarios.
La tarea de la Asociación de Personas con Discapacidad del Garraf, que se dedica a facilitar la inserción laboral de este colectivo, también se ve afectada por el frenazo de actividad. En estos momentos centran su atención a comunicar a las personas usuarias posibles ofertas de trabajo en el sector de la alimentación y la mensajería, unos de los menos afectados por la crisis.
Las personas mayores, las personas con dolencias crónicas y las personas con diversidad funcional, colectivos especialmente afectados
Las personas mayores son un sector de población que habitualmente sufre soledad, y en la situación de confinamiento esto se agrava. Amics de la Gente Gran, que trabaja desde el voluntariado para mitigar la soledad, ha tenido que reconvertir su tarea a través de una plataforma telefónica para apoyo y acompañamiento emocional, ante la imposibilidad de desplazarse a los domicilios de los usuarios. Ahora empieza a planificar el acompañamiento de personas mayores al exterior de sus domicilios.
En una primera etapa de confinamiento, las personas mayores que viven solas sintieron incertidumbre y miedo, mientras que, después, el sentimiento predominante ha sido la tristeza. La intervención de Amics de la Gent Gran busca minimizar estas sensaciones. Además de recibir el apoyo del voluntariado habitual, un total de 10 personas voluntarias realizan esta tarea. También se actúa a través de profesionales si se observa que alguna persona necesita una atención psicológica más específica. Además, la comunicación con las personas mayores ayuda a detectar situaciones que requieren otras intervenciones, como por ejemplo apoyo para ir a comprar alimentos o medicamentos.
Desde Acció Social también se atienden muchos casos de personas que piden apoyo para realizar estas tareas básicas, y otras que requieren apoyo anímico. Se hace contención de la angustia a través de la escucha y se filtran las demandas de las personas usuarias de Acció Social en el Punto de Voluntariado del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú. Además de la gente mayor, los perfiles sociales más vulnerables son las personas con dolencias crónicas y con patologías de salud diversas, a menudo con movilidad reducida. El hecho que sus familias también estén confinadas aumenta su vulnerabilidad al verse menguada la red de apoyo.
La Fundació Casa d’Empara, por su parte, presta servicios de acogida a gente mayor, a través de una residencia y de un centro de día. Este segundo servicio, como todos los del país, está cerrado en estos momentos. En la residencia se han registrado, a 4 de mayo, cuatro casos de Covid-19 entre los cerca de 70 residentes. Se ha creado una zona de aislamiento, totalmente segregada del resto de la residencia, para poder actuar rápidamente con los casos positivos. Mantienen el servicio de distribución de comida a personas en riesgo de exclusión social (bocadillos por la mañana y platos de comida a mediodía), con un aumento del 10%.
Mantener las rutinas, aspecto clave para las personas con diagnóstico de salud mental
Las entidades que trabajan en el ámbito de la salud mental se esfuerzan por mantener las rutinas de las personas usuarias y evitar las situaciones de desconcierto y desorientación que el estado de confinamiento les puede causar. Es el caso de Llar Residència Padua, gestionada por el Grup ATRA, donde se ha trabajado especialmente la concienciación de las personas residentes sobre la situación sanitaria y la importancia de autoprotegerse. Se trata de personas acostumbradas a participar en la vida de la ciudad, a realizar voluntariado, pasear, visitar a la familia. El confinamiento les supone un trastorno que se ha intentado paliar con medidas como disponer de un teléfono fijo 24 horas, utilizar los equipos informáticos para ver videos o escuchar música, u organizar actividades como ejercicios de estiramientos, video-fórum, juegos, taller de noticias, etc.
Una situación parecida se produce en las dos viviendas comunitarias que ATRA tiene para personas con trastorno mental de larga evolución y capacidades suficientes para llevar a cabo una vida autónoma. El mantenimiento de las rutinas y de las tareas asignadas a cada persona usuaria, como también la intensificación del contacto del equipo de trabajo con los y las residentes, busca mejorar su estado de ánimo y evitar las sensaciones de cansancio y aburrimiento. Igualmente, los programas Actua, Actua Jove y Actua Dona, de este mismo grupo, que prestan apoyo a personas con problemática derivada del trastorno mental, han tenido que parar el apoyo al domicilio y los acompañamientos en el ámbito comunitario (social, laboral, etc.), que son muy importantes para este colectivo. También se ha paralizado el rasgo más distintivo de estos programas, el voluntariado inclusivo (que incluye personas con trastorno mental). Contacto telefónico, videollamadas, grupos de whatsapp y el diseño de una nueva aplicación para dispositivos móviles, Apptu@, son algunas de las herramientas para seguir interviniendo y evitar lo que en salud mental se denomina pensamientos “no recomendables”. Por otro lado, el Club Social de ATRA, un espacio de ocio y socialización para personas con trastorno mental, ha tenido que cerrar sus puertas pero no ha parado su trabajo. Se continúan organizando actividades a través de las redes sociales o telefónicamente.
La asociación Activament Penedès-Garraf, integrada por personas que han pasado por la experiencia del trastorno mental y que luchan contra el estigma social, ha tenido que parar sus actividades presenciales, como el taller de clown o el senderismo, pero mantienen el contacto a través de las redes sociales. Han intensificado la dinamización de un bloque de la entidad, donde están muy activos.
Por su parte, la entidad Salud Mental Garraf / Afamgg, que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas diagnosticadas en salud mental y de sus familias, constata una agravación del grado de ansiedad de los usuarios y la necesidad añadida de apoyo para realizar compras, especialmente en las familias con personas mayores. En esta situación de emergencia, Salud Mental Garraf / Afammg ha reorientado sus proyectos y servicios, que ahora se hacen más intensivos y por videoconferencia y teléfono (programa Suport i Entorn, psicoeducativos para familias y en primera persona, grupos de ayuda mutua). También han ampliado la atención, el apoyo y el seguimiento de casos a personas de toda la comarca que lo necesiten, aunque no sean socias. Desde el comienzo del confinamiento hasta el 4 de mayo han atendido a 84 personas y han aumentado los casos complejos. También han reactivado las redes sociales internas para que todo el mundo pueda comunicar cómo se siente y cohesionar los grupos, así como las redes externas para difundir las actividades y mensajes oficiales y noticias de la comarca.
En el ámbito de las personas con diversidad funcional, la asociación Vilanova Actua, que tiene como objetivo el ocio inclusivo, ha tenido que anular todas las actividades lúdicas que organiza, un total de cinco. Esto afecta mucho los usuarios, que no entienden este cambio de rutinas. Como otras entidades, se hace un seguimiento por teléfono, a pesar de la complejidad que esto representa y el hecho que algunas familias no disponen de recursos o habilidades tecnológicas. Se planifican actividades semanales y se recoge toda la actividad en un blog que todo el mundo puede leer. En algunos casos es necesario asesoramiento y apoyo psicológico.
El trabajo comunitario para la inclusión, ahora más que nunca
Para responder públicamente a la situación actual, la Regidoria de VNGInclusió, que tiene como finalidad crear e impulsar herramientas de conocimiento de la situación social de la ciudad e incidir municipalmente en la perspectiva inclusiva municipal, está realizando un diagnóstico del impacto socioeconómico de la emergencia sanitaria de la Covid-19 en Vilanova i la Geltrú. Esto está siendo posible con la colaboración y complicidad de los diferentes servicios municipales y entidades de la Mesa para identificar y cuantificar el impacto en la emergencia de nuevos factores de riesgo de exclusión en la población.
Una de las herramientas para conocer la intervención social actual ha sido, junto con las entidades sociales de la Mesa, la identificación de la tarea que se está haciendo. Todos los actores sociales de la Mesa están demostrando su capacidad de adaptación y han intensificado el contacto y el acompañamiento a las personas usuarias de sus servicios a través de las nuevas tecnologías. El acompañamiento y apoyo emocional a las personas es un latido constante en la tarea social. Para hacer esto, han modificado internamente su funcionamiento para facilitar la coordinación a través del teletrabajo, cuando esto es posible, y al mismo tiempo mantienen los servicios presenciales imprescindibles, especialmente en cuanto a los recursos residenciales. En este sentido, el papel de las redes sociales es clave para estar en contacto con las personas usuarias de los servicios.
Las entidades de la Mesa, junto con los servicios municipales que la conforman, muestran su incertidumbre ante el futuro. Han sufrido dificultades para acceder a los equipos de protección y, en algunos casos, como en la atención en la salud mental, no hay protocolos para la desescalada de sus usuarios. La incertidumbre económica es otra de las preocupaciones, sobre todo para las entidades más pequeñas. Destacan también la dificultad de gestionar las emociones, tanto de las personas usuarias como del voluntariado y los profesionales, en un ambiente de confinamiento y emergencia. “Nos ha sorprendido mucho la capacidad de apoyo y ayuda mutua de nuestro colectivo”, explica Yolanda Guasch, del Grup ATRA. Una reflexión que es compartida por muchas entidades es la resiliencia de las personas usuarias, en esta situación casi “surrealista”, pero que se alargará. Esto lleva a considerar imprescindible el refuerzo de la coordinación y el trabajo comunitario dentro de la Mesa d’Entitats Socials.
[Nota de Prensa publicada por la Mesa d’Entitats Socials de Vilanova i la Geltrú]